La tradición es el conjunto de bienes culturales que van pasando de padres a hijos. Aquellas costumbres y manifestaciones a las que cada sociedad da valor y las mantiene para que sean aprendidas por las nuevas generaciones como parte de una herencia indispensable. Las flores son una de estas tradiciones. Con ellas damos la bienvenida al mundo a los recién nacidos, pero también las usamos para despedir a un ser querido y cada año en el Día de Todos los Santos. Un simbolismo que viene de muy antiguo. Si no, echa un vistazo al Salmo 103 de la Biblia: «Los días del hombre no son sino hierba: crecen como las flores del campo; cuando el viento pasa sobre ellas, desaparecen…».

Muchas son las culturas que honran la memoria de sus muertos con ofrendas de flores. Pero su origen es mucho más antiguo de lo que pensamos. La primera tumba a la que sabemos que se llevaron flores se encuentra en Israel y data de hace 13.000 años, durante la Edad de Piedra. Pero también en las cuevas de los neandertales, donde vivieron hace 60.000 años, se han encontrado restos de polen de flores junto a algunos cadáveres. Desde entonces, la mayoría de las sociedades han seguido esta costumbre.

flores al cementerio

No obstante, en los inicios no tenía que ver tanto con el afecto que se procesaba por el difunto, sino que tenían como objetivo disimular el olor procedente de la descomposición del cuerpo que, en muchos casos, se exponía durante varios días.  En la antigüedad no existían técnicas de embalsamamiento tan avanzadas y las que había no se encontraban al alcance de todo el mundo. Así pues, el cuerpo se cubría con flores para aromatizar el ambiente y hacer que velar al difunto fuera un acto más agradable. Pero además, hay quienes dicen que la intención también era la de llevar algo vivo a la tumba para dar felicidad, entendiendo la muerte como una parte más de la vida.

Con el paso del tiempo la costumbre de llevar arreglos funerarios a los difuntos perduró y se afianzó, aunque con un carácter más simbólico puesto que las técnicas de embalsamamiento se fueron haciendo más comunes. Y no sólo durante el velatorio y el entierro, sino también a lo largo de todo el año, especialmente en días concretos como el 1 de noviembre, simbolizando la fragilidad y la brevedad de la vida.

¿Cuáles son las mejores flores para llevar al cementerio?

Los crisantemos y las dalias son las flores más utilizadas y de mayor tradición para llevar a las tumbas de los cementerios. Los crisantemos se cultivan desde hace miles de años y actualmente podemos encontrarlas en una gran variedad de tamaños, formas y colores. Además en noviembre se encuentran en plena floración, por lo que no es extraño que se hayan convertido en la flor por excelencia relacionada con la muerte. En cuanto al color, el morado es el color más tradicional, pero cada vez se utilizan más colores.

Por su color, las violetas también son flores muy populares para llevar al cementerio. Esto tiene que ver con el mito de Perséfone. Cuenta la leyenda que mientras Perséfone recogía violetas fue raptada por el dios Hades, el guardían de los difuntos. Pero demás de por su color, son de las flores preferidas para las personas fallecidas porque son muy resistentes al frío y a las heladas del invierno.

También los lilium son protagonistas de multitud de arreglos funerarios, tanto por su belleza como porque son muy resistentes y por lo que representan. En el lenguaje de las flores, los lirios son símbolo del amor. La mejor forma de transmitir sinceridad y demostrar nuestro afecto por la persona fallecida y cuánto la echamos de menos en nuestra vida.

Aunque las rosas son más propias de los enamorados, también están presentes en muchos arreglos funerarios, pues simbolizan el amor de todos los tipos. Cada uno de ellos representado por un color. El rojo del amor apasionado, el blanco del amor puro e incondicional y el rosa del amor más maternal y familiar. No obstante, no es habitual llevar un ramo solamente elaborado con rosas, sino que suele complementarse con otras flores.

Las margaritas y gerberas son otras flores que se utilizan para este tipo de ramos, ya que suponen el equilibrio perfecto entre la sencillez y al elegancia. Curiosamente pertenecen a la familia de los crisantemos, pero la mayor parte de la gente lo ignora por lo que se utilizan tanto para celebraciones especiales, como para llevarlas al cementerio.

En cuanto al soporte, si vas a regar las flores con frecuencia, lo más recomendable es utilizar un recipiente que aporte agua a las plantas o una pequeña jardinera. De esta forma, se mantendrán en buen estado más tiempo. Pero también puedes utilizar esponjas de floristería llamadas mossi. una especia de esponja verde a la que se añade agua y que mantendrá las flores hidratadas durante bastante tiempo. este tipo de soporte es muy práctico, ya que se colocan pinchándolas directamente sobre el bloque verde y éste puede recortarse para darle la forma que queramos en base al tipo de arreglo.

 

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