Cuando los primeros cristianos llegaron al norte de Europa, descubrieron que sus habitantes celebraban el nacimiento del Dios del Sol y la fertilidad, adornando un árbol en las fechas próximas a la Navidad cristiana.

El árbol simbolizaba al árbol del Universo, en cuya copa se representaba la morada de los dioses y el palacio de Odín, mientras que sus raíces más profundas se equiparaban con el reino de los muertos.

Posteriormente, con la evangelización de los pueblos, los conversos cogieron la idea del árbol para celebrar el nacimiento de Cristo, pero cambiándole su significado.

San Bonifacio (680 – 754), evangelizador de Alemania, cortó el árbol que que hasta ahora como representante del universo y en su lugar plantó un pino, un árbol de hoja perenne, simbolizando elresizer amor de Dios, adornándolo con manzanas (simbolizando el pecado original y la tentación) y velas (que representaban la luz de Jesucristo como luz del mundo). Con el tiempo las velas y las manzanas, se sustituyeron por esferas, luces y otros adornos.

El árbol de Navidad en Europa, se cree que, tal y como lo conocemos hoy en día, surgiera de Alemania. Ya que se implantó por primera vez en 1605 para ambientar el frío de la Navidad.

La tradición de adornar un árbol en España fue traída en el año 1870, por una princesa rusa, Sofía Troubetzkoy, que tras quedarse viuda, se volvió a casar con el aristócrata español José Osorio y Silva, marqués de Alcañices (que ayudó a la restauración borbónica y permitió reinar a Alfonso XII. (Imagen de Sofía y José en la parte superior).

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Así, durante las Navidades de 1870, se colocó por primera vez un árbol navideño en Madrid, concretamente en el Palacio de Alcañices

Hoy en día, esta bonita tradición la seguimos realizando. Quizás, por los bonitos recuerdos que nos llevan a nuestra infancia, quizás, por los niños pequeños que nos rodean y la ilusión que ellos desprenden durante estas fechas tan entrañables o quizás por el simple hecho de que un hogar sin un árbol decorado (sea más grande o más pequeño), no parece que sea Navidad.

 

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